domingo, 3 de febrero de 2008

UNA MUY GRATA EXPERIENCIA

Fue un día especial, marcado por una experiencia muy, muy gratificante y aunque acabé exhausta, no me importó en absoluto.
Desde por la mañana temprano no paré, madrugué para ir a la facultad, para preparar con mis compañeros la que sería probablemente una de las exposiciones más importantes en vida, no por lo que iba a ser, sino por lo que realmente acabó siendo. Seguí con mis clases hasta las dos y media del medio día y corriendo me fui a mi casa. Llegué a las cuatro y cuarto, tenía muy poco tiempo para comer y arreglarme, a las cinco entraba a trabajar, y lo que fue peor, me esperaba una tarde muy larga, hasta las once no llegué a mi casa, pero pese a todo, fue un buen día.
Siempre he sido muy espontánea, pero para eso de hablar en público parece que hay que ser de otra pasta. Por suerte, en los años que llevo de carrera, nunca me había tocado exponer en ninguna clase, ¡y menos mal!, porque me daba pánico, de qué iba a hablar delante de todos... Lamentablemente, llegó la hora. Ya me había tocado hacer una “mini” exposición en otra asignatura, y aunque no fue mal, creó recordar que no dejaba de temblarme la voz mientras hablaba. Pero ya en el cuarto año tocó enfrentarme a la cruda realidad, y la verdad es que no se me dio muy mal, para lo mal que lo pase, claro (je,je,je).
Y este año ya llevo dos exposiciones. La primera me fue muy bien, y la segunda es a la que debo estas líneas, quizá la mejor, con la que mejor me he sentido, y con la que más he aprendido. Fue hace un par de días, para la asignatura Sistema Económico Mundial, con un tema que nos llamaba mucho la atención, sobre reciclaje alternativo. La verdad es que nos lo curramos mucho, muchos días enteros en la facultad, muchas horas de trabajo, y muchas ideas sin sentido. Fuimos cuatro componentes en el grupo, y pese a nuestros más y nuestros menos, nos entendimos genial desde el principio, por cierto, Sarah, muchas gracias, ha sido un verdadero placer haber trabajado contigo.
Pese al mayor esfuerzo por la recogida de información y el desarrollo del trabajo, intentando que fuera lo más participativo posible, y sobre todo, por los nervios de la exposición, creo que, al contrario de lo que siempre había pensado, hoy puedo decir que prefiero enfrentarme a una exposición que a un examen. Y es que, en un examen, el temario ya te viene impuesto, sólo tienes que leer y releerlo, para el día del examen soltarlo lo mejor posible, para pocas horas después, haberte olvidado de casi todo lo estudiado. En este caso, el aprendizaje no es muy significativo.
Sin embargo, si un trabajo se hace en grupo, implica muchas cosas, ya no sólo depende uno de sí mismo, sino que hay que contar con los demás, implicarse, debatir, ponerse de acuerdo…Además, desde el primer momento, buscas información, horas y horas frente al ordenador, buscas bibliografía, conoces a nuevos autores, nuevas corrientes de pensamiento, lees, contrastas información…se trata de una implicación continua en un trabajo constante. Y si de verdad el tema a exponer motiva, sólo se ha de preparar una buena exposición, y no ponerse nervioso, o al menos, no mucho.
Es esto mismo lo que hicimos en nuestro trabajo, hasta acabar conociendo parte del pensamiento y de la obra, de Fritjof Capra, autor interesante y que recomiendo, pues expone aspectos determinantes de la vida, al igual que Humberto Maturana, Francisco Varela o Leonardo Boff. Todos estos aspectos son los que determinan esta experiencia tan gratificante.
También es cierto que probablemente no se pueda llevar a cabo la misma metodología en muchas asignaturas a la hora de impartir las clases, pero si en muchas se pudiera, si fuera viable, debería impartirse de este modo.
Y es que, como expone en sus clases Roberto Carballo (por cierto, muchas gracias a ti también por tus clases tan interesantes), como realmente se aprende es haciendo, es decir, analizando, experimentando y trabajando de forma constante, para conseguir así, lo que realmente se desea. entrada de Gemmica

No hay comentarios: