domingo, 17 de febrero de 2008

Una de Neruda...


Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos

Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas los brazos como un naufrago.

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar a la orilla de un faro.

Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.

Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.

Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
que centellean como mi alma cuando te amo.

Galopa la noche en su yegua sombría
desparramendo espigas azules sobre el campo.

Publicado por Antonio Francisco Polo Montes

No hay comentarios: