Había investigado minuciosamente todos y cada uno de los rincones de aquel extraño lugar y removido todos los objetos que allí se encontraban cuando escuchó aquel sonido apagado que le heló la sangre. Provenía del final del pasillo, muy cerca de donde se encontraba. A pesar de todo se acercó allí y tras palpar detenidamente la pared encontró una especie de puerta detrás del papel pintado. Se armó de valor y decidió abrirla. Quedó estupefacta cuando lo que se le apareció ante sus ojos fue la cara asustada de una niña reflejada en un precioso espejo. Se quedó pensando. Ahora ya lo entendía todo.Publicado por j.perez
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