martes, 11 de diciembre de 2007

A petición vuestra cuelgo la carta en el blog

Carta enviada al III Encuentro de Experiencias Grupales en la Docencia Universitaria de la UCM

CARTA-OPINION SOBRE LA FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS

Empiezo por decir que por mi edad, tengo 53 años, posiblemente mi opinión no sea estadísticamente relevante, pero en cualquier caso por si les sirve de algo con mucho gusto se la envío.

Estoy en la Facultad únicamente por el placer de aprender, porque profesionalmente no busco nada material con los estudios universitarios. Entre esto y mis años quizá tenga una perspectiva diferente.

Respecto a los alumnos, es decir, mis compañeros, he observado que muchos profesores se quejan de nuestra falta de preparación, motivación y colaboración. Creo que los alumnos no tienen la culpa de nada, puesto que están allí porque han superado todos los filtros y requisitos necesarios. Por tanto investiguen por otro lado que este camino resulta tan estéril como injusto.Después de cuatro años puedo afirmar, que el trato y la convivencia entre alumnos, a pesar de la diferencia de edad, se han convertido en lo más enriquecedor de toda mi experiencia universitaria. Tratando con mis compañeros he aprendido en los descansos y ratos sin clases tanto como con el mejor de mis profesores.

Estos son otra historia. Una de las cosas que mas daño hace a la vida universitaria es un profesor desmotivado, los alumnos lo perciben enseguida. En esa Facultad he aprendido la diferencia entre potestas y autoritas. La primera se le supone, es el poder de las notas, pero la segunda nace de abajo hacia arriba y eso ya es otra historia. Aunque debo decir que los alumnos están deseando reconocérselo a su profesor lo que ocurre es que hay algunos profesores que están empeñados en ponerlo cada día más difícil. Alguien debería recordar a ciertos profesores que están realizando uno de los trabajos más importantes y reconfortantes que existen, nadie olvida a lo largo de su vida a un buen profesor.

Hay detalles que hacen mucho daño. Todos podemos faltar a nuestro trabajo alguna vez, lo que sucede es que siempre suelen ser los mismos los que faltan y lo que es peor, siempre sin avisar, ni una nota en la puerta o el aviso de un conserje.

Otro asunto es la famosa libertad de cátedra, no es que esté en contra de ella ni mucho menos, es que todos tienen la misma libertad. Hasta cuarto curso todos los profesores que he tenido eran marxistas, anticapitalistas, antisistema, anarquistas o sucedáneos. En definitiva ninguno parece creer en el sistema en el que vivimos y en el sistema en el que nos tenemos que desarrollar, a este paso con el título de la carrera la Facultad tendrá que facilitar a los estudiantes la cita con un psiquiatra.

Por cierto, aunque muchos no lo crean, la división ideológica de los estudiantes se parece mucho a la que existe en la sociedad española, para bien o para mal. No estaría de mas contar con ello, seguramente las clases serían mas enriquecedoras para todos.En fin, no sé si esta carta servirá para algo, pero si les puedo asegurar que por mi parte me quedo muy a gusto. Solo por esto ha merecido la pena.Un saludo.
Angel Luís Cruz Gadea

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