jueves, 13 de diciembre de 2007

La educación en España y la historia de un despropósito

Las conclusiones que acaban de salir a la luz con el último informe PISA (estudio que analiza la calidad de la educación en los países de la OCDE) vuelven a dejar a España en muy mal lugar. De nuevo, suspenso. La falta de un modelo sostenido en el tiempo y confeccionado con cierto criterio, la escasez de una inversión real y efectiva que mire más allá del corto plazo, y la carencia de un análisis que desnude las causas estructurales han conducido a un sistema educativo deficitario, lleno de lagunas y demasiado lejano a la calidad. Y, por desgracia, esta configuración no tiene visos de cambiar, hasta que no se comience a considerar la educación como la base principal que sustenta el desarrollo y el devenir de la sociedad. Aunque parezca mentira, esta situación no siempre fue así en España. Durante la II República, los maestros aparecían como los profesionales más prestigiosos, su pedagogía bebía del modelo krausista encarnado en el país por Sanz del Río y su "discípulo" Giner de los Ríos, el Estado creó toda una red de escuelas públicas de alta calidad, y existía un compromiso social por desarrollar una educación integral, sustentada en valores democráticos y en el libre desarrollo de la personalidad del alumno-ciudadano. No es por mitificar aspectos pasados pero, en este caso, la realidad rozó lo deseable...Frente al despropósito actual en España, se contrapone Finlandia, que ocupa el primer puesto en el informe PISA. Tal vez, si se señalan algunas de las claves de su éxito, llegué a comprenderse el porqué del retraso español:
1. Cuenta con una red de escuela pública fuerte y de calidad. El Estado ha realizado un esfuerzo inversor continuo y con miras a largo plazo. Apenas existe la educación privada, pues se ha considerado que la educación es un bien esencial de la comunidad que no puede -en ningún caso- entrar en la lógica del mercado.
2. La base del modelo educativo comienza... ¡por el principio! Es decir, por los primeros años de escolarización. Es en esa etapa en la que se dedican las mayores atenciones y en donde se encuentran los mejores profesores. Además se trabaja en grupos reducidos y la escuela se comprende como una casa de la vida, que da formación integral al niño.
3. El modelo se ha configurado como un proyecto estable, a largo plazo. Respetado por la sociedad y por los políticos, con un alto grado de consenso que ha llevado a presentarlo como un motivo de orgullo para los ciudadanos. Se planteó como un pacto social, que partía de un criterio de construcción que apostaba por una sociedad en continuo avance socio-económico.
4. El trabajo en el aula prima la actitud activa del alumno. Promueve su estimulación y persigue azuzar su curiosidad mediante distintas actividades, de forma que se evite caer en rutinas o posturas pasivas. Todo contenido teórico tiene un reflejo práctico en el que se comprende lo aprendido.
5. Apenas existe el fracaso escolar debido al empleo de un modelo de evaluación continua que permite subsanar a tiempo las carencias. Se prevén profesores de apoyo y de refuerzo para aquellos alumnos que lo necesiten en un determinado momento, sin que ello suponga una estigmatización o un retraso con respecto al resto de la clase.
6. Se promueven prácticas democráticas en el alumnado, de forma que los propios alumnos tomen decisiones sobre los aspectos que les afecta. De esa manera se potencia su capacidad decisoria y su comprensión sobre el significado material de la democracia desde bien pequeños.
7. Los profesores tienen una preparación extensa y continua. Su formación nunca termina. La sociedad les profesa un profundo respeto pues son personas de referencia, con grandes capacidades.Estas son sólo algunas de las características del modelo finlandés, pero así podríamos seguir hasta la enumeración de unas cuantas más diferencias.Y luego habrá quien se extrañe de que los niños carezcan de capacidad de comprensión lectora...
Publicado por Jorge Resina

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