lunes, 7 de enero de 2008

Navidad, navidad...amarga y cruel

En medio de discursos más propios de épocas pasadas (más que nada por las referencias excesivas a una España unitaria, la familia, la tradición española y la grandeza de la nación, sin una sóla crítica...infame), celebramos los anteriores ritos con unas fiestas cargadas de contradicción y desenfreno. El (supuesto) nacimiento de un niño pobre es sustituído, desde la misma lógica religiosa, por el becerro de oro del consumo...mientras, en la calle se siguen muriendo (por supuesto) de hambre cada vez más PERSONAS. Somos relaciones sociales, pero el dolor, el trabajo y la (mínima) razón dan pie por unas horas a la zambomba y a la espuma de los líquidos elementos. Comemos y bebemos sin tino, llenando las panzas como seres que nunca hubiesen comido y eso simplemente por celebrar la...navidad? Fiestas desmedidas (creo que nunca hay una época del año en que se desperdicien más recursos energéticos, alimentos, etc.), una falsedad que ralla la esquizofrenia (¿qué impele a reunirse con quienes no se soportan en el resto del año?), y la carencia de indiferencia para nosotros y con la opresión...

Claro, con tanto discurso de "grandeza" y con tanta propinas de un euro, supuesto reflejo de la "progresión económica" del país (como sabemos, falso), nos hartamos con menos culpa...o con ninguna, de forma paralela a cantos como "nosotros no tenemos la culpa". Pues sí, si tenemos la culpa de la miseria de los demás. TODOS tenemos parte, y lo más paradójico es que muchos criticamos la Navidad, pero luego somos los mism@s quienes la reproducimos y engrandecemos anualmente. Conforme pasan los años, no sé si por la edad o el desencanto, tenemos que esforzarnos por poner algo de ilusión en este período que cada vez comienza antes (en breve tendremos el bombardeo de navidad en agosto). Reacción (primero el Rey, después el Papa), tradición aliñada con capitalismo-consumismo extremo, falsedad y contradicciones...

Y todo en una época histórica en la que se repiten no sólo las características estructurales del período de entreguerras: la súper estructura responde a aquélla con rococó, surrealismo, privación relativa, incremento de las ideologías totalizantes, pulsión de muerte en aumento (que diría J. C. Monedero)...yo no sé si esto estallará al modo de las guerras mundiales. No sé si con tanta contradicción lo mejor sería irse al campo (¿dónde ir, dónde buscar, dónde parad el mundo que me quiero bajar?) o hacer como si no pasara nada, entrar al juego (ya estamos en él) hasta en la hegemonía y bajar los ojos y tirar del carro...obviamente, no tengo ninguna respuesta, aunque sí muchas cuestiones...¿por dónde estallará (si es que lo hace)? ¿qué consecuencias sufriremos a este ritmo? (que ya se están viendo) No puedo contestar, sólo decir que no me gusta...y a pesar de ello, para seguir aprendiendo, vamos a tener que esperar a que terminen las fiestas, porque el tiempo se para en esta tregua de exacerbada sumisión...aunque, claro, las bombas siguen cayendo. Feliz...no sé.

Publicado por Pedro Limón López

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