viernes, 4 de enero de 2008

...Música

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos,
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.
Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé las primeras balas
más temprano que tarde, sin reposo.
Retornarán los libros, las canciones
que quemaron las manos asesinas.
Renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.
Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos,
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes
(Pablo Milanés, 1974)

Hay muchas canciones que me emocionan, que me conmueven, que me erizan la piel cada vez que las oigo y “Yo pisaré las calles nuevamente” es una de ellas. A penas son dos minutos y medio de canción, pero es tiempo suficiente para activar en mí la inquietud y el inconformismo que siempre he tenido, y que a veces siento como se aletargan por la vorágine diaria, llegando incluso a acomodarse y adaptarse a las rutinas establecidas. Pablo Milanés me hace recordar que lo impuesto por los poderosos tiene una vía de combate que, aunque dura y complicada, existe. En su homenaje a Salvador Allende y a los caídos tras aquel Golpe de Estado chileno, el cantautor cubano me recuerda que las cosas sólo se cambian con una lucha diaria que, aunque sufra reveses, debe tener una continuidad en el tiempo y un referente en aquellos que así lo hicieron y se quedaron en el camino.

Publicado por Tulip with thorns

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