sábado, 27 de octubre de 2007

656


Este es el número de asesores de la Moncloa, que según la prensa (canallesca por supuesto), componen el equipo, de los antiguamente llamados fontaneros, del Presidente Zapatero. Otros medios elevan esta cifra a 682, exactamente 132 mas que Aznar y con un coste de 28 millones de euros.

Cuando en 1.981 Leopoldo Calvo Sotelo accedió a la Presidencia del Gobierno y ocupó el Palacio de la Moncloa, solo preguntó por la Biblioteca de la casa, la respuesta que obtuvo fue simplemente que allí no había de eso. Si bien es cierto que el anterior inquilino, Adolfo Súarez, no se distinguía, precisamente por sus inquietudes intelectuales, la anécdota puede servir para imaginar los servicios de Presidencia en aquella democracia recientemente recuperada del susto del 23F.


El antes llamado Palacio de la Moncloa ha pasado, a lo largo de los años, a denominarse eufemísticamente, Complejo de la Moncloa. Un verdadero ministerio a la española, es decir, dinero, amistades, burocracia y obediencia debida.La pregunta que asalta a cualquiera es ¿quién controla ese entramado? Los partidos del Presidente de turno miran para otro lado, el Parlamento no sabe no contesta, el Senado, bueno esa es otra historia, y la Prensa especula como en otros tiempos se hacia con el Kremlin soviético.Es fácil comprender que el Complejo de la Moncloa se ha convertido en un Comité Electoral permanente, a la americana, dirigido por un pequeño entorno presidencial encaminado a la reelección, única y exclusivamente.

El partido se ha convertido en una cobertura legal de cara a las elecciones de turno, la profesionalidad de los políticos en el premio a su obediencia y su silencio, y nosotros damos por bueno todo este juego con tal de que nos dejen en paz, que no es poco.Ahora que como cada cierto tiempo se ha desempolvado el debate Monarquía versus República, si el llamado "Complejo de la Moncloa" sigue creciendo, dentro de poco habremos aportado a la ciencia política un nuevo modelo político La República Presidencialista dentro de una Monarquía.Y luego dicen que no inventamos nada.

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